Hoy, María Martínez, secretaria general de las JSA de Alhaurín de la Torre, nos hablará sobre la legalidad y constitucionalidad de los indultos. Un tema que, pese estar más que presente en la actualidad informativa, no siempre tenemos del todo claro.
En estas últimas semanas los indultos han llenado más de un titular, pero ¿sabemos qué son exactamente?, ¿quiénes los conceden y cómo de legales son?
Aunque la palabra indulto se haya relacionado con el cargo de político o funcionario público, cualquier persona puede solicitarlo, siendo la decisión de ello el propio Gobierno. Veamos en primer lugar su aplicación en la historia reciente de España: desde el año 1996, se han concedido 227 indultos:
- Aznar concedió 139 indultos
- Zapatero concedió 62 indultos
- Rajoy concedió 16 indultos
Ahora bien, aunque es verdad que cualquier persona puede solicitar dicho indulto, en su mayoría, los indultos concedidos han recaído sobre delitos de prevaricación y malversación. ‘Este tipo de delitos no se pueden calificar como corrupción’, indicó el Ministro de Justicia, Rafael Catalá, en el año 2017.
El proceso es relativamente fácil, aunque en la práctica su uso es bastante limitado (en el año 2020 se concedieron tan solo 30 indultos ); cualquier persona condenada penalmente puede solicitar al Ministerio de Justicia ser indultado. No por ello, dejará de ser culpable, simplemente es perdonada su responsabilidad penal, es decir, se le perdonará la condena. No solo el Gobierno toma parte de ello, pues, antes de tomar la decisión, el Tribunal Supremo debe ser escuchado.
La decisión del Gobierno debe ser fundamentada y motivada, alegando con ello razones de equidad y proporcionalidad, justicia y motivos de índole político, es decir, se debe fundamentar por qué el delito cometido no tiene cabida en nuestra sociedad y su perdón resulta beneficioso para ella.
Dentro de esta cuestión es importante destacar que, aunque la acción de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, recaiga sobre los Juzgados y los Tribunales, en este caso no será así en tanto que los indultos son catalogados como un acto de gobierno. Por otro lado, no es baladí saber que los indultos son irrevocables y que, aunque un Gobierno posterior no esté de acuerdo con ellos, no podrá rectificar la decisión tomada por le Gobierno anterior.
Por otro lado, siguiendo la cuestión del poder jurisdiccional, podría pensarse que, siendo un tema que a éste le pertenece, es el Gobierno quien lo acoge y decide sobre él, pero, esto no es así; según la legislación, es totalmente válido esta cesión de potestad debido a que, además de ser el Gobierno partícipe de dicha decisión, dicha actuación debe ser sancionada por el jefe de Estado y, ya no solo por ello, sino que la justificación de ellos va más allá de las leyes puesto que el Gobierno debe justificarlo, como se ha indicado anteriormente, con razones de equidad y proporcionalidad.
Ahora bien, conociendo que los indultos son totalmente válidos, ¿qué sentido tiene su divulgación? Indultar a un sujeto implica unas razones de justicia o equidad, implica retomar los valores implantados por nuestra Constitución en tanto reeducación y reinserción social de los penados, por ello, con esta medida se promueve la evasión de una condena cuando esta puede resultar innecesaria, inútil o incluso contraproducente.
La conclusión lógica de todo esto es que la figura del indulto es un proceso totalmente legal y constitucional dentro de una democracia estable y madura como lo es la española. No caigamos por tanto en críticas falaces y demagogia y debatamos desde el conocimiento y el respeto a la diversidad de opiniones e intereses.
Mi nombre es María Martínez y tengo 22 años, soy estudiante de Derecho en la UMA y, desde hace unos meses, además de militar en el PSOE, pertenezco a sus juventudes desde la agrupación de Alhaurín de la Torre. La decisión que me llevó a meterme en ellas fueron mis creencias de que en España se tiene y se debe hacer buena política y que, esos cambios que tanto necesita nuestro país, vienen de la mano de las juventudes, aquellos que miramos al futuro y que queremos una tierra de igualdad y justicia.
María Martínez, 2021